lunes, 6 de junio de 2005

Disculpa para Star Wars

Está bien, lo acepto, me aventuré, me aceleré. La verdad es que no podía creer tanta decepción y ya que amablemente Canal Fox ha transimitido el Episodio I y II las últimas semanas, lo miré todo de nuevo minuciosamente.

Las claves que yo quería sobre la conversión de Anakin, en realidad, están en el Episodio II. Los berrinches inmaduros, los reclamos por su soberbia, su ardiente resentimiento y sus temores. Y justamente es con Amidala con quien se confiesa, tal como yo lo venía pidiendo. Ya no recordaba absolutamente nada de esto. Fue tal el impacto de la malograda escena de la muerte de Schmi, de los giros románticos sobre el césped intergaláctico (Anakin y Amidala, claro) y las marometas desmesuradas de Yoda, que no le di importancia al resto. Pero, ok, rectifico, sí está en el guión, sí está justificado Anakin, ya, pues, ya, ahitá, ahitá.

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