lunes, 23 de mayo de 2005

La historia de un tronquito rostizado

Érase una vez en una galaxia muy lejana, que los problemas, las necesidades y las estupideces seguían siendo las mismas que las que hoy padecemos. Vaya casualidad.

Era pues el año de 1977 cuando la primera película de la tan famosa saga de la Guerra de las Galaxias se revelaba en las salas de proyección. Yo tenía -1 año en ese momento. Así, pues, yo no había nacido.

Para cuando los siguientes dos capítulos se estrenaron yo era niña. Claro que cambiaron mi vida, claro que son parte de mi top ten de películas favoritas, claro que casi me las sé de memoria.

Pero el viernes después de ver el Episodio 3, me pregunté: ¿He vivido engañada toda mi vida? Porque de pronto la historia me pareció más cercana a una telenovela y menos a una fantasía intergaláctica.

En el episodio 1, me pareció de muy mal gusto la referencia más que mesiánica, cristiana, (¿son sinónimos?) al nacimiento de Jesús. Primero habríamos de comprobar eso en términos bíblicos, claro, pero a final de cuentas eso es lo de menos. A nivel creativo, podemos referirnos a la leyenda que nos dé la gana, sea un texto religioso o meramente artístico. El tema es que ese asunto me pareció sobrado. Como sea, el pequeño actor tenía una chispa especial y eso le daba un toque de ternura inusitado a una serie que siempre había sido esclusivamente desarrollada en un mundo de adultos.

El episodio 2... ¡Vaya! Ni siquiera voy a repetir la cantidad de improperios que en ese momento declaré. Rolé incluso un texto que por ahí, los más cercanos debieron haber leído. Y es que entre Yoda Machincuepas, El romance kitsch de Anakin y Amidala, los chistes fallidos de Obi Wan (a quien, por cierto, no recuerdo bromista en la primera trilogía) y el final de boda, me llevaron desde la risa loca hasta la decepción encabronante. Horrible. Aburrida. Lenta. Trillada, etc. Mejor vean Rebelde, canal 2, todos los días, 7 pm hora del centro del país (mx).

Y con la lengua de fuera, cansada, ojerosa y sin ilusiones llego a ver el Episodio 3. Me aporta dos o tres datos interesantes que me faltaban para entender, pero nada indispensable. Importante saber por qué Anakin se vuelve máquina y se convierte al lado oscuro. Ok. Pero a ver, se supone que quiere salvarle la vida a Padme y por eso cede ante Lord Sidius. Aja. Sí, claro.

No, no y no. No es suficiente razón. Claro que no sólo se convierte por eso. Claro que se convierte porque es soberbio y arrogante, porque lo alejaron de su madre de pequeño, porque tiene muchos miedos, porque tiene una enorme necesidad de reconocimiento y seguro porque tiene complejo de Edipo y pie de atleta. El tema es que Lucas hace mucho hincapié en que se transforma por evitar la muerte de Padmé y eso es incompleto; le resta matices y motivos al personaje de Anakin. Obi Wan está horroroso con diálogos acartonados y bromas de a tres baros. No es gracioso.

Me parece que se ve un trabajo fuerte y formidable en producción y post producción, pero lo que es dirección y guión es muy pobre.

Seguimos con una duda importante, ¿por qué Obi Wan no remata a Anakin? Ya es un tronquito rostizado. No tiene manos ni piernas y además se está quemando. ¿Tú qué harías si fueras Obi Wan? Toma en cuenta: sabes que ese ser tiene una fuerza superior y desarrollada, que esa fuerza está ahora del lado oscuro, que si le permites vivir va a someter a la confederación de galaxias, que fue tu aprendiz, que lo quieres como hermano, que no quisieras verlo sufrir. Piensa dos segundos. Uno. Dos. Digamos que se te hace corazón de pollo porque lo quieres mucho. Como quiera sabes que tu misión Jedi es acabar con él; en primera estarías traicionando a tu gremio. Luego, pensando que realmente lo quieres, ¡pues menos lo dejas ahí asándose! Le echas aunque sea unas verduras para acompañar. Digo, hasta a nuestro amigo caballo le damos un balazo cuando se le quiebra una pata... En fin, que yo no entiendo porque le perdona la vida.

Y Padmé simplemente se muere de tristeza. Así, literal. Si entramos en categorías humanas, lo más lógico sería que la maternidad le diera nuevos bríos, pero no. Rara muerte.

Total, que si a mí me hubieran enviado un newsletter con estos datos, ahorraríamos millones de dólares en producción y efectos especiales, 48 pesos de boleto de cine y 75 pesos de un combo con palomitas y refrescos que me hace engordar.

Sin estos datos yo seguiría viendo la primera trilogía sin problemas y sin preguntas. No aportan más que detalles para fans.

Lo siento, pero no me gustó. Quizá tenga que replantear toda mi admiración por la Guerra de las Galaxias.

jueves, 19 de mayo de 2005

Sea por México, señores!

¿A quién le importa el país? A mí a veces, México me da comezón. Como quiera, la Administración Pública Federal solicitó mi ayuda hoy y acudí con gusto. La misma Secretaría que me echó a las filas del desempleo sin miramientos, hoy me pide mis conocimientos.

Vine en realidad a ayudar a Liliana. Mi primer compromiso, por ser más básico y real es con la amistad, antes que la nación. I'll get high with a little help of my friends. Confío en que a escala es la manera más eficaz de que crezcamos.

Lo más increible es que aquí mero me he encontrado al famoso Burus. Sí, claro, uno de los jefes zombies que tuve mientras trabajé en la SFP. Está aferrado a que quiere regresar a este sitio y está dispuesto, al parecer, a todo y más por lograrlo. Basta ya. Let it go.

El reencuentro va más allá de aquel ser. Por supuesto, que siempre estar por acá me recuerda dos años hermosos de noviazgo con el gobierno y es esa sensación de todo romance: una parte duele y otra excita...


Karaoke Queen

La primera vez dije que quería que mi nombre artístico fuera Killer Queen, pero hoy creo que por las experiencias recientes debo ser Karaoke Queen.

Hemos descubierto este talento en recientes fechas. Mi especialidad es la D'Alessio. El público tiende a aplaudir de pie y pedir que cante otra dolorosa.

La verdad, la verdad, es que ese repertorio me lo tengo ensayadísimo, junto con la Trevi y alguna que otra de Ely Guerra. Y si no me creen, pues los reto a que me lleven a un karaoke...

lunes, 9 de mayo de 2005

Y luego por culpa de Pilar

Porque simplemente quería responderle un mensaje y me vi forzada a crear un blog. Que el universo me perdone y que las almas impolutas no se sientan amenazadas por aquello que se pueda publicar en este sitio.

Ah, y para los ingenuos: no, Santa Claus no existe y dios menos.