jueves, 29 de junio de 2006

Camino a casa, ¿voy hacia el pasado?

Caminando cerca mi hogar, al regreso de un día fatigante, miro a una mujer ya anciana sentada en el escalón de entrada de un edificio, fumando un diminuto cigarro. Tiene el pelo cano, breve y mal cortado. Viste con ropa maltrecha, quizá regalada. La mirada se pierde en algún lugar que no es ni dentro ni fuera. Despues de una bocanada de humo su boca se queda abierta como si no recordara cómo cerrarla.

Me pregunté: ¿Quién era esta señora? Inmediatamente después, me lo pregunté con tono inquisitorio. ¿Quién era? ¿Eso significa que ya no es? ¿En qué categoría está hoy ahí sentada en el humo de la locura? ¿De qué depende que alguien sea? ¿De su capacidad de recordar, de narrar, de expresar? Lo que soy hoy es una narración de mi pasado. Mi identidad es el discurso que resume mis experiencias y su impacto en mis emociones.

El pasado ya no está aquí y sin embargo lo creemos determinante del momento actual. Soy el resultado de un tiempo pretérito. La señora fumadora ¿de qué es consecuencia? ¿cómo llegó así hasta este instante?

Nos relacionamos hoy pero chocamos con todo nuestro ayer. Cuando te miro a los ojos, ¿cuántos reflejos evado? ¿Cuántas personas se miraron ahí tal como yo? ¿A dónde fueron los afectos que algún tiempo quebraron mi corazón? ¿A dónde fueron los planes que hiciste con alguna otra mujer? ¿Dónde quedó tu mejor amigo de la primaria, al que le habías prometido tantos futuros compartidos? ¿Dónde está la mirada fulminante de tu madre el primer día que te afirmaste como un ser independiente de su falda?

No dejo de preguntarme a dónde ha ido todo lo que alguna vez creí importante. Así como a veces, reniego de mi pasado, rechazo el de los otros. En el colmo del absurdo, me gusta pensar que la historia comienza donde nos conocemos. Me dan celos todos los años que pasaron y me perdí. Sé que no puedo estar en todos los momentos de mis seres queridos, pero las ganas no se me quitan. Quizá por lo menos querría ver la película. Soy curiosa...

Pero curiosa masoquista, porque ver pasar en mi cabeza la proyección cinematográfica de esa otra vida, me causa una satisfacción dolorosa. A veces, observar la mía me causa ansiedad.

Mi pasado es una gran fuente. Hay ahí mucho aprendizaje, pero sobre todo mucho dolor. Y debiera decir, más bien aprendizaje a través del dolor. Hoy creo que se puede crecer de otro modo. Por momentos, quiero desechar mi pasado, sentarme en el escalón de algún edificio para fumar un cigarro y descubrir que ya no soy la que era. A veces, cuando me siento en mi cama en mi nuevo hogar, miro un cuerpo amado junto al mío, descubro el peso de los felinos encima de mis piernas, me doy cuenta que ya no soy la que era.

lunes, 12 de junio de 2006

Diccionario breve sobre las estupideces que pueden fracturar amistades


*Alone Again de Aarón Pankowsky


AMIG@: aquel que tarde o temprano sigue a tu lado, a pesar de tus defectos, tus rachas y tus mascotas.

AYUDA: lo que no se pide, se ofrece. Conducta que la autora apenas ha investigado en los últimos tiempos.

BLOG: el medio de expresión donde se cuenta todo para todos y al final, sólo algunos lo entienden. Friso virtual en que se escriben inicios y finales. Vínculo de amor con los amigos como únicos lectores.

CENA DE NAVIDAD: motivo alegre de reunión; señal clara del rechazo de un grupo de amigos

CHISME: pláticas poco productivas, altamente divertidas, donde se habla de un ausente pero regularmente en buena lid. El teléfono descompuesto por el que un grupo de amigos puede pasar de la sana diversión a la confusión.

COMUNICACIÓN: carencia que se acentúa de manera importante en los comunicólogos.

DESPIDO: la circunstancia adversa de pérdida del trabajo involuntaria que sufre un amigo, que es consecuencia directa de los actos de la que escribe.

EMOCIONES: la autora conoce poco del tema, por lo que se reserva la definición y la expresión.

GATO: representación de las fuerzas oscuras del mal. Símbolo de inconformidad y necesidad de victimización. Mascotas asociadas con las brujas malignas y los mataperros.

IRONÍA Y SARCASMO: frases bromistas que buscan la sonrisa en el amigo; oraciones con veneno pero inofensivas para el que responde con las mismas; dinámica de relación divertida que un día deja de serlo y hiere sensibilidades delicadas. Tono en el que se escribe este diccionario, para ridiculizar la situación que tanto me dolió y que hoy es pasado.

JOTEZ: palabra que describe la cobardía ante la confrontación y la asertividad, sin importar género ni preferencia sexual.

LUIS: nombre que se asigna a un sujeto imaginario por el que se libra una ficticia batalla por su conquista. Hombre joven y común que nadie quiere ni conoce pero por el cual se suscitan consecuencias fractales.

MATAPERROS: (léase el artículo con ese nombre en este mismo sitio). Miembro de un grupo social al que se le condena en un juicio sumario en el que el acusado no está presente; todas las pruebas lo acusan culpable por autorreferencia y se le obliga al exilio; se le perdona una vez que el escándalo pierde interés. Dícese de la persona que a través de la ironía y el sarcasmo consigue dañar a sus amigos, por inconsciencia e imprudencia.

MOYUMI: deidad inalcanzable, de la que poco se puede decir y a la que pocos pueden acceder. Representación del ocio de dos amigos que saben que hay idioteces que pueden dar mucha risa.

PEJE: Figura mítica idolatrada por algunos amigos, a quienes no juzgamos y seguimos queriendo a pesar de ello.

PSICÓLOGO: especialista en escuchar nuestras idioteces, que sólo es bueno cuando es el propio y poco profesional cuando es ajeno.

REENCUENTRO: momento especial en que los amigos se percatan que no hay nada que perdonar y mucho que recuperar.

TUCOM: por sus siglas, Todos Unidos contra Matienzo. Dícese de aquel grupo de personas que ya sea por agravio personal o por insulto ajeno, guarda algún encono con la autora.


NOTA: Espero que nadie se sienta herido por esta pequeña broma. A toro pasado, creo que ya podemos jugar con este tema.

lunes, 5 de junio de 2006

Cerati y el Síndrome de Tiziano Ferro

Por ser comunicóloga, no tengo otro remedio que aproximarme al mundo desde mi ámbito de estudio. Los comunicólogos nos especializamos sobre todo en la creación de mensajes. Una de las premisas principales para la comunicación es la Otredad, que implica un Otro sentado del otro lado del proceso. Un receptor o perceptor a quien se dirige un mensaje deliberadamente.

El arte, a veces, parece olvidar al perceptor. Como si los mensajes fueron generados hacia la nada. Personalmente, creo que el arte es un mecanismo de expresión y entiendo que a veces puede simplemente ser una válvula de escape más que un modelo de comunicación. Sin embargo, en el mundo de la música, por como funciona hoy día, el proceso necesita de una audiencia. Es este perceptor el que adquiere los discos, canta las canciones, se identifica con las letras o asiste a los conciertos. Un artista musical sin su público en la industria no es nada.

Así pues, JAMÁS PUEDES OLVIDARTE DEL PÚBLICO. Si lo haces, corres el riesgo de perderlo. Sí, ya sé que también este planteamiento se acerca más a una tiranía para el artista, pero su profesión fue su decisión, no nuestra.

Tiziano Ferro, además de una profunda imbecilidad, padece de síntomas de desconocimiento y olvido del público. Se atreve a decir públicamente que las mujeres mexicanas son feas y bigotonas. Más allá de las implicaciones de desprecio a mis compatriotas, me parece que es una afrenta al público. Tiziano Ferro demuestra que no tiene mayor interés por aquellas personas que han creído en él. Se olvida, también, que el público mexicano ha encumbrado a grandes artistas que en sus países antes no eran más que cantantillos sin mayor trascendencia.

Cerati se arma su concierto el primero de junio. Sabemos que viene a presentar su nuevo disco y creo que en buena medida, los asistentes esperamos que cante varias canciones incluidas en él. Pero Cerati se contagia del Síndrome de Tiziano Ferro y, sin ser patán, nos olvida. Se dedica a tocar para él y sus músicos y casi al final del concierto, se da cuenta, como si fuera gran sorpresa, que el Auditorio Nacional está lleno.

¿Por qué Cerati hace lo que se le da la gana y no considera en su playlist los gustos del público? Ni siquiera, le exijo que toque canciones de Soda Stereo, porque ya tiene varios discos solista de los que puede echar mano. Pero no. Cerati decide echarse casi de corrido todo el nuevo álbum Ahí Vamos, no interactuar con el público, hacerse del rogar para salir de nuevo al escenario... No, evidentemente, no me dejó satisfecha el concierto.

Compartí con mis amigos la opinión del concierto de Depeche Mode también en el sentido de la complacencia. El problema es que llevas más de diez años sin visitar el país, así que te toca cantarnos todas las canciones que durante ese tiempo no hemos escuchado en vivo. El concierto fue cumplidor, y bueno se podría decir, pero nos deja con ganas.

Retomo el otro concierto reciente al que asistí: U2. Y sí, U2 es un grupo manipulador. Lo es en grande y con maestría. Canta las canciones de rigor y las nuevas. Apela a todos nuestros sentimientos y consigue conmovernos, alegrarnos, concientizarnos, movernos. Combina la voz, el sentimiento, las luces, la interacción con el público, el espectáculo multimedia y los derechos humanos.

¿Se vale olvidarse del público? ¿En aras de la defensa del arte por el arte podríamos defender la postura del olvido intencional del perceptor? ¿O bien, debemos dirigirnos cada vez más al arte como espectáculo y en ese sentido, del arte como un bien comercial que debe satisfacer las necesidades del consumidor?

Me lo pregunto...