jueves, 27 de marzo de 2008

Metrobús al Caminero

Inauguraron por fin la sección que va de Dr. Gálvez al Caminero y yo debo decir lo siguiente:

1. El tiempo de recorrido que hago todos los días hasta mi lugar de trabajo es EXACTAMENTE EL MISMO. No se redujo en lo más mínimo.
2. Me ha complicado los recorridos. Por ejemplo, de vuelta, debo tomar el metrobús, un pesero y un metro. Antes sólo era el pesero al metro y el metro.
3. El transporte ahora me sale más caro. Además, a la primera semana incrementaron el costo a 4.50. Han tratado de convencernos con unos folletos que muestran la comparación con el transporte de otros países como España, Inglaterra y Francia. Lo que no están comparando son los sueldos.
4. En la UNAM sólo pusieron una parada, justo a la mitad. No se les ocurrió poner una parada cerca de Rectoría, siendo que ahí se concentran un montón de Facultades. La parada CU está más bien cerca del anexo. La parada de Dr. Gálvez está muy cerca de Rectoría; el problema es que no se puede caminar hacia allá, porque las aceras no lo son, así que hay que sortear carros en un tramo, que por cierto no son nada amables con los transeúntes en México, eso ya lo sabemos. Su solución es que tomes el Pumabús de la UNAM para que te transporte internamente.
5. En lugar de que verdaderamente sea un solo recorrido se les ocurrió la idea de hacer un transborde. O sea que llegando a Dr. Gálvez tienes que bajar y luego subir a otro camión. ¿Por qué no uno solo te lleva hasta la otra punta? No tengo idea.

Y ni modo, no por ello seré una detractora del metrobús si es que realmente le otorga beneficios a muchas personas. Creo que sí aligera el tráfico por Insurgentes y creo que le favorece a las personas que hacen largos recorridos por donde pasa el metrobús. Simplemente digo: a mí no me benefició.

jueves, 13 de marzo de 2008

Guillermo Vargas Habacuc, ¿cuál arte?

Vero me llama la atención acerca de este tipo. El grito inicial fue su nick. "El más grande bastardo sobre la tierra se llama:Guillermo Vargas Habacuc". Y claro que pregunté por qué, pensé que quizá le debía dinero, la había estafado o algo así. Entonces me cuenta que este señor puso un perro amarrado en un museo y lo dejó ahí hasta morir de inanición. Por supuesto, volaron todas las pelucas de los protectores de animales que andan juntando firmas para vetar al susodicho. Por supuesto, de entrada, para vetarlo en la Bienal en la que le aceptaron eso como obra artística.

Ok, en efecto hay un atenuante: el perro estaba enfermo y moriría de cualquier modo peeeero eso no significa que sea arte, o sea, el wey con ello consigue probar un punto y es que nadie hace nada por el perro.
El asunto es: ¿y qué consigue con eso? Y el otro asunto es que el wey sustentó distintas razones por las que poner ahí al perro, así que ya no está muy creíble su discurso y su intención. Pueden encontrar esa información completa en el link, pero a grandes rasgos primero dijo que así morían miles de perros y nadie hacía nada, y luego que quería homenajear a una persona.

Creo que si quería probar que el perro moriría bastaba incluso con documentarlo en video, porque el hecho de sacarlo de contexto y colocarlo en el museo, más allá de probar el punto, enrarece el asunto. De todos modos, mirar morir al perro en un video, no seria menos doloroso y menos polémico. Pero creo que el asunto está más allá de la protección de animales, creo que tiene que ver también con los parámetros del arte, con los criterios de aceptación de las piezas artísticas y con lo que como espectadores estamos dispuestos a tolerar.  Y si se trata de eso, estamos dispuestos a tolerar muchas más cosas y peores en la vida diaria.

En realidad, tampoco es tolerable ver en las noticias ejecuciones de personas en vivo. Entonces, si bien, no estoy de acuerdo con lo que hizo Vargas Habacuc y no lo considero arte, creo que sí está chido que levante polémica para que reflexionemos sobre todas las otras injusticias y atrocidades que estamos permitiendo.

Difícil dilema, digo yo. Honestamente, muchos de los que firmarán esa petición de veto no recogerían perros callejeros ni harían otra cosa más que firmar esa carta. Algunos sí, supongo, pero tampoco se antoja viable que aquellos que defienden animales adopten a todos los que anden desnutridos del mundo. ¿Y qué pasa con los niños desnutridos? Angelina Jolie sale en las portadas de las revistas porque adopta niños que de otro modo tendrían un destino terrible. El resto de nosotros, apenas podemos darle un pan al niñito del semáforo (y a veces se dan el lujo de rechazarlo). ¿Qué tendríamos que hacer entonces? ¿Cómo podemos realizar acciones significativas y congruentes en la vida diaria?

No tengo respuestas. Sólo atino a decir que no podemos callar. Debemos empezar por denunciar y dejar de permitir. La indiferencia nos está saliendo muy cara.

jueves, 6 de marzo de 2008

La estética según Juanita

Juanita es la soberana de mi casa. Ella es la gran felicidad de mi hogar. Juanita toma decisiones y yo simplemente me sorprendo pero siempre la dejo hacer su voluntad. Ella hace el aseo en mi casa y lo hace impecablemente. Así que aunque acomode raro los topers, yo no podría reprocharle nada.

Pero además, Juanita tiene criterios estéticos, con los que decide la disposición de cosas para decorar mi casa. Su obra màs reciente:



No sé si supuso que yo colecciono llaveros y los recopiló en el mismo lugar. Estos objetos estaban dispersos por mi casa, pero ella como buena decoradora y con ojo entrenado, notó su relación y decidió su acomodo.

Les muestro con detalle:
Este es un rinoceronte azul comprado en el Museo de Louvre. Es la réplica de antiguas figuras egipcias utilizadas en rituales. En el Antiguo Egipto, se rendía culto a este animal. Lo compré porque años antes lo había soñado.

Un cenicero que me trajo Susana de su viaje a Europa. Ahora ella està en Australia y el cenicero está un poco traquteado porque el Babas un día lo tiró.

Una carita feliz que salió en una caja de galletas de avena. No sé por qué sigue aquí.

Una navaja que le pertenece a Aarón, que yo casi ni conocía.

Un llavero de Nueva York que me trajo mi cuñada de su viaje.

Este es el llavero que me regaló Norma cuando se volvió especialista en mi blog. Regrese a las épocas del Pipiripao nos hará libres si usted tiene dudas. Lo más importante de este obsequio es este hermoso detalle:

Luego está el llavero que me trajo mi tía Claudia de su viaje laboral a El Salvador. Es un colón, que ahora sólo sirve para souvenirs, porque la economía se dolarizó.

Y no se pierda esta hermosura. Ya había pasado la Navidad, pero los adornos seguían dispersos por la casa. Asì que ella tomó esta decisión:


Aaaaaaah, yo sólo ruego que Juanita nos dure mucho tiempo.

En el fin del mundo

Al rey de Aaronia


La música del fin del mundo no suena tan mal. En mis oídos, a todo volumen como esquirlas centelleantes de bombas melodiosas se genera poco a poco el gusto por la devastación.

¿Cómo llegamos hasta aquí? El comienzo ya ni siquiera es importante. El caos se apoderó de las voluntades y pronto, el huracán nos abrazó a todos. Tras cada estallido viene un silencio delicioso. El más pacificador de los intervalos, una pausa de paz. La alternancia de la destrucción y la creación armonizan sin querer al universo. Miro el humo a lo lejos, ensordecida, y pienso que aquella figura ascendente podría ser un hermoso presagio de claridad.

El estruendo deja secuelas armoniosas. Un continuo sonido grave que se extiende tanto que parece nunca terminar. El mundo es finito, pero el Apocalipsis parece interminable.

No hay señales de vida. Ni siquiera las explosiones indican un ser destructor. Las máquinas no tienen alma y quieren robar la mía… si es que aún la conservo.

Por primera vez, me siento libre.

No hay nada más que perder. Lo he perdido todo. Me he perdido yo. Cuando parece que el sinsentido impera, el mundo cobra sentido. Por un momento, me siento cerca de todo. De lo poco que aún resiste en pie. De los estertores chillantes. De las manos cercenadas. De lo que ya no existe y de lo que alguna vez me hizo feliz.

¿Camino? O floto entre escombros bellísimos. El paisaje es un apabullante cuadro cubista. Por un momento, detengo mis latidos. No he muerto. Respiro.

Respiro.

¡RESPIRO!

Y no encuentro más que mi exhalación descansada. No tengo nada, nadie me espera. Me dirijo a ninguna parte y no tengo prisa.

Las voces se acercan. Se alejan. No están. Sólo suenan. No existen. Es sólo un eco. Una extraña reverberación de frases que no significan. Están adentro. Afuera… no hay nada.

Con más fuerza, las palabras se arremolinan en mi mente. Los susurros se vuelven gritos sin escapatoria. ¿A dónde fueron los pensamientos y los sentimientos que un día amueblaron mi tránsito? ¿A dónde huyeron las sonrisas de la ignorancia sobre este final?

No importa lo que haga. No puedo cambiar lo que pasó. Se me escapa entre los dedos. Mis lágrimas no modifican nada. Ha sido largo el invierno desde ese día. La nostalgia es mi único recurso. Ni siquiera encuentro la fuerza para hablar de aquello. Aquello se diluye como un olvido lejano.

Aquí sólo habitan fantasmas. Espíritus de tiempo. ¿Estás ahí? Me asalta tu ausencia. ¿Estás ahí? Lo he dicho en voz alta y lo que escucho no corresponde a mi garganta. Lo has dicho tú.

En el final del mundo, este es el único fin del mundo. El último fin es encontrarte cuando la bruma se ha disipado.

Hoy que todo se ha acabado, en tu tacto encuentro la esperanza de un nuevo mundo. Estás aquí. En el encuentro desesperado con tu rostro, en el abrazo terrible de un instante huidizo, mi angustia se disipa y se acrecienta simultáneamente. Sólo estás tú. Sólo estoy yo. Sólo estamos los dos. Solos estamos los dos. Y esta soledad, se convierte en el acompañamiento más azulado del universo. Ya no estamos solos. El miedo se ha ido.

Ahora lo sé. En el fin del mundo, el único ser al que querría encontrarme eres tú.

sábado, 1 de marzo de 2008

Acuafiesta 2008






Pa que vean lo que se perdieron los que se lo perdieron.

Obviamente no hay fotos en los toboganes, porque ¿quién diablos las iba a sacar? Pero para no decepcionar al público, nos tomamos esta foto haciendo un simulacro.

Feliz cumpleaños a mí. Si quieren ver más fotos, vayan al link de Causas visuales. (¡A tu derecha, wey, en el menú!)