jueves, 12 de noviembre de 2009

Injerto de hueso

Dicen que no es lo duro sino lo tupido. Parece que no son las cosas en sí mismas, sino su intensidad y su timing. Hoy es una época de mediana estabilidad. Hoy las aguas están calmadas. Pero en un ayer cercano, estuve en medio de un tsunami. La marea me arrastró varias veces, por distintos frentes, con variadas fuerzas. Algún día de esos abrí los ojos al medio día y me pregunté: ¿Para qué? Una pregunta desde lo más básico hasta lo más trascendente: para qué despertar, para qué levantarse de la cama, para qué desayunar, para qué vivir, para qué amar, para qué seguir. Cada día era un esfuerzo enorme, por seguir viva, por seguir respirando, por dejar de llorar. Sólo un día a la vez, me decía a mí misma. He sobrevivido un día más, me recordaba a mí misma. Había perdido el trabajo, mi hogar, un amor, un padre, un sueño, la esperanza. Todas las pérdidas juntas, sin dosificar.

Alguna vez Katya y Susana me invitaron a comer. Yo tenía una carota horrible ese día y no paraba de llorar mientras hablábamos. "¿Qué haces cuando todo frente a ti se ha derrumbado?", pregunté. Sabiamente y sin titubeos, Susy me respondió: "Empiezas por barrer". Tenía razón, había que barrer. Tenía que limpiar y luego reconstruir, tomar decisiones, recuperar la valentía y el coraje.

Y sí, poco a poco, las cosas fueron tomando curso. No es que ya todo sea miel sobre hojuelas. Claro que hay otras decepciones, otros episodios tristes, desilusiones, rompimientos, frustraciones. Pero en perspectiva no se ven tan catastróficos como aquel 2005. Pérdidas dolorosas, algunas recuperables, otras no. Fisuras en las certezas, algunas necesarias, otras irreparables. Al menos las dosis han sido menos fuertes.

Pero sí, a partir del año 2004 que fue del terror y todo por culpa de Carolina, la imagen más certera en mi cabeza es equivalente a estar en medio de una pelea de dos changotes de peso completo. Imagina que tú ni sabes por dónde y nomás recibes madrazos, pero por más que quieres escabullirte o caer desmayado, la inercia de la pelea y tu propio instinto de supervivencia te mantiene de pie. Así que golpe tras golpe, finalmente alguien gana por Knockout técnico y por fin te puedes librar de esa tortura. Abajo del ring te esperan otros asuntos, pero que a todas luces, se ven mucho menos atemorizantes que los puños que aquellos seres. Te revisas para saber si debes ir al hospital. Resulta que no, los órganos están bien, y no hay nada urgente que atender. Quizá quedes más siscado en la vida, quizá seas más cauteloso, o más temeroso, pero el hecho es que has salvado la vida.

Después de un tiempo, descubres que traes unos dientes flojos. ¡Y cómo no! después de todos los jabs, uppercuts y hasta los sillazos que te dieron en completa violación a las reglas del boxeo. Resulta que se ha desgastado el hueso de tantos guamazos.

Si lo ves así, la verdad es que es lo menos, lo menos, güerita. Porque en el camino de la supervivencia pude haber perdido mucho más. Me pude haber muerto, como muchos que se han quedado en el camino. Afortunadamente, me salvé, no tengo nada grave, pero resulta que tengo pérdida ósea en la zona dental. El desgaste de hueso es el que tendría una persona de al menos 20 años más que yo. Ni modo, esta ha sido mi vida. No es un costo tan elevado, después de todo, pero necesariamente me recuerda lo que ha pasado. Y quizá es porque del todo, no ha pasado. Aún duele, como una reminiscencia.

Necesito mis dientes para morder el mundo, necesito hueso para sostener los dientes. Estructura que sostenga mi agresividad. Solidez que dé firmeza a mi forma de enfrentar la vida. Dice un cuento budista que no sirve llorar por la leche derramada. Pero a veces, no se puede hacer otra cosa aunque eso no solucione nada. La imagen, el símbolo de lo que pasa con mi boca, es un reflejo de cómo ha pasado la vida.

Lucharemos, mis dientes y yo por mantenernos juntos. No sabemos aún qué pasará y si lo lograremos. Deséennos suerte. Oh, dientes amigos, no se vayan.

5 comentarios:

RЄĐ dijo...

Tus dientes, los dientes de Luis Miguel y yo, creemos en tí. Tu puedes superar cualquier obstaculo, no hay otra opcion o es superarlo o es padecerlo y sufrirlo indefinidamente, pero tu perfil no apunta para lo segundo. ;)
Te quiero, buenas vibras porras y animos.

Titotitocapotito dijo...

Recuerdo que durante algunos años el insulto de moda era decir en lugar de ve y chinga a tu madre, ve y regresa al 2004!!! En efecto, fue el año del tsunami colectivo. Ahora mismo también estoy padeciendo con los dientes, algunos dolores en los nervios, algunas noches en que no dejo de mentarle la madre a la dentista. Y perdona que me trepe en tu historia pero coincido. Lo peor pasó y lo mejor de que lo peor haya pasado es que sabemos que todo lo que venga aún que sea peor, pasará. Y seguirás sonriendo en las fotos y comerás manzanas rojas grandotas mamón. Que lo único que pasa es que hubo un tiempo en que nuestra atención era alrededor, como cuando estás buscando de dónde llegue el descontón y ahora la vida nos dice que hay que poner atención en una. Qué bueno el discurso de Una, sueles decir. Pero es que una crece y hay que darse una manita de gato. Vas a estar siempre muy chula manta. Besos.

Milo dijo...

Red: los dientes viejos y separados de Luismi? o los nuevos implantes enormes? Superaremos el obstáculo, lo que sea que eso implique. Gracias por el amor, porque ese sí que ayuda a recuperarse.

Tito.. alias B: No recordaba, pero cierto, el 2004 era el lugar a donde mandábamos a los enemigos. Ese fue el año de "¡Sálvateeee!". La vuelta a una, una misma, es necesaria, es urgente, es hermosa. Sí. Gracias por tu cariño. Te quiero harto.

Sabina dijo...

Un abrazo antes que nada, y ya verásn que esto tambien quedará atrás junto a todas esas cosas que ya has superado, haz subido tantos escalones que ahora no es más fácil pero al menos sabes que tienes la fortaleza y el epoyo incondicinal de muchos; buena vibra para usted!!!!!!!

Milo dijo...

Pink: hace mucho no paseabas por acá. Gracias por los ánimos, les tendré noticias pronto.