viernes, 3 de marzo de 2006

Piojis mental

Es complicado de explicar. Hasta ahora sólo la Chaparra Vega lo había compartido, pero hoy me encontré con que Gabriel también.

Es una sensación muy chistosa y creo que hasta nos da pena confesarla por temor a ser tachados de locos. La sensación es provocada por ciertos sonidos. Hoy decidimos llamarle el wichi-wichi. Son sonidos "chiquitos", es decir, sutiles. Esos sonidos que hacen las personas al teclear en la computadora, los que hacen los niños cuando juegan y hablan quedito, los que hacen las ancianas cuando rezan, los que se oyen cuando te cuentan un secreto, los que hace la gente que tiene una voz dulce y bajita. Todos esos soniditos me hacen piojito mental.

Es una sensación tan placentera que en verdad me gustaría poder compartirla. Sí, se parece un poquito al piojito regular o a las cosquis en la piel, pero es como una caricia dentro de la cabeza, lo que la hace una sensación mucho más elevada y sublime. No es erótica, es más bien relajante. Es delicioso y es idiotizante.

Cuando trabajaba en Función Pública, tenía una compañerita llamada Rosa que tenía el tono, el volumen y la velocidad perfecta que provocaba en mí ese maravilloso placer. Por supuesto que yo hacía malabares para que la chica acudiera a platicarme cualquier cosa. El contenido no era importante, sólo la forma. Como valor agregado, usaba el perfume Paloma Picasso que es uno de los aromas que me provocan la misma sensación.

Pequeños placeres de la vida que anoto en El Libro de Cabecera...

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Epílogo
La Fiesta Cumpleañera Karaoke fue de verdad una explosión de sabor y diversión. Y como Brenda no me contesta los mensajes ni las llamadas, por este medio, le digo que la esperábamos Yoryiboi, Aarón y yo. Quedamos sumamente decepcionados por su ausencia.

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