domingo, 26 de abril de 2009

¡Santas epidemias cuánticas, Batman!

Un virus, un mugriento virus. Un ser microscópico puede hacernos temblar. Un cochino virus, en efecto. ¿Paranoia o precaución? Las dos, diría yo. Y cómo no caer en la histeria colectiva, cuando se suspenden clases y las autoridades dan recomendaciones minuciosas. Por supuesto que alarma saber que se tomen medidas tan drásticas. Parece que ni un tapabocas, ni el Chapulín Colorado podrán salvarnos.

En términos evolucionistas, todo tiene sentido. Un virus, como muchos otros organismos vivos, muta para adaptarse. Esto significa que está mejor preparado para vivir en nuevas condiciones. Brinca de un puerco a la humanidad y yomi, yomi, hay mucha comida para vivir. Millones de seres humanos de los cuales alimentarse. Lástima para nosotros que somos tan sentimentales, pero el virus no tiene ninguna preferencia. Simplemente, cumple su ciclo de vida.

¿Qué condiciones ecológicas han tenido que darse para que suceda lo primero y lo segundo? No lo sé, la gran panorámica se me escapa, pero supongo que es una cadena de procesos concatenados. ¿Quién sobrevivirá al virus? Nuevamente, en términos evolucionistas, debe sobrevivir "el más fuerte", lo que sea que eso signifique. El mejor alimentado, el más solitario, el más paranoico, el que tenga un gen especial. No sabemos que distingue a las víctimas del virus de los sobrevivientes. ¿Quién es más susceptible de contagio? ¿Quién puede estar inmune a ello?

Quizá, como ya he venido proponiendo, no es más que un proceso de autorregulación de la Tierra. Quizá es mecanismo de selección natural de la especie. Pero, oh, ¡OH!, decimos los humanos, ¿cómo vamos a desaparecer como especie? Oh, no, luchemos contra las fuerzas del mal. Y en ese sentido se agota todo raciocinio. Al final, no es más que el instinto de supervivencia de la propia especie. No somos mejores que ningún otro ser vivo. No merecemos vivir más que ningún otro. Sólo hemos sido más virulentos, nos hemos propagado en ese modo. En escala macro, nosotros somos el virus de la tierra. Así que ahora en nivel micro tenemos a nuestro némesis.

En términos metafísicos, se dice que las epidemias dependen de la generalización de la creencia. Esto no significa que el virus no exista. Más bien, que en medida que creemos que puede ser mortal le damos entrada a nuestro cuerpo y le concedemos ese poder. Todos los días estamos expuestos a miles de micro organismos de los que nos defendemos. Bacterias, parásitos, y otros virus. Cada día nuestro cuerpo libra batallas campales para protegernos y generalmente lo consigue, hasta que un día ya no. Entonces, enfermamos. ¿De qué depende que podamos defendernos de unas cosas y no de otras? ¿De qué depende que pueda atacarnos un agente externo? Creo que depende de un montón de condiciones, que seguro van desde la genética hasta la actitud.

¿Qué pasa cuando tenemos miedo? En términos animales, creo que pasarían dos cosas: 1) te defiendes de aquello a lo que tienes miedo peleando; 2) te paralizas frente a la amenaza y te rindes. Si pasa lo primero, pueden pasar otras dos cosas: 1) que ganes; 2) que pierdas. Si pasa lo segundo, pos ya ni hablamos. En el caso de que luches y pase lo primero, pues la victoria te asiste y sobrevives. En el segundo caso, pos tampoco ni hablamos. Osease, en tu primera tirada tienes un 50-50. Si tomas el 50 de la opción 2, pierdes. Ahora bien si tomas la 1, tienes otra tirada de 50-50. Si te pasa la 2, pierdes. Sólo si tomas la opción 1, en tus dos tiradas, vives para contarlo. O sea que tienes un 25% de probabilidades de sobrevivir un ataque externo.

¿Kiubo? ¿A poco no estuvo bien padre mi falacia matemática? Bueno, ya en serio, no sé qué probabilidades haya de que se erradique este mal. Según dicen los que sí saben de estadísticas (no como esta autora), que si se logra aislar a los infectados, es posible terminar con la epidemia. Pero las mismas estadísticas dicen que el nivel de contagio es exponencial. Así que donde a mí ya no me salen las cuentas es cuando la velocidad de contagio es mayor que la velocidad de aislamiento. Si alguien tiene mejores datos, por favor, arrojen un hueso por aquí.


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Y en otras noticias, la epidemia cuántica por nuestro lado, comienza por la inauguración de nuestro nuevo consultorio de Medicina Cuántica. Estamos lo más de emocionadas por el proyecto, por que verdaderamente creemos en esto. Claro que nos queda mucho (en serio, mucho) por aprender. De entrada, ¿alguien se acuerda de todas las funciones del cuerpo humano? Y claro, lo digo para los que estamos en el área de sociales y humanidades. Sí, claro que tomamos nuestra clase de Anatomía en la prepa. Yo recuerdo que la mía la impartía una odontóloga de la cual estaban enamorados más de la mitad de mis compañeros. Era re guapa la doña. Yo, que no tenía mayor interés en ella, diría que sí aprendí pero en memoria a corto plazo que por supuesto ahora tengo borrada. Así que estamos estudiando a marchas forzadas, no sólo la parte orgánica sino la parte que conecta con el cuerpo emocional. Partimos de la premisa de que la enfermedad no tiene sólo un origen orgánico sino emocional y mental.

El viaje ha sido sumamente emocionante. Hemos ido contagiando de nuestro entusiasmo a muchas personas cercanas. Esperamos que nuestro contagio pueda ser exponencial también y que podamos compartir esta nueva visión del mundo con cada vez más personas.

La inauguración fue un hitazo. Nuestros seres muy queridos estuvieron presentes y concientes, compartiendo amor con nosotras y con ojos esperanzados nos desearon mucho éxito. Llegó más gente de la que esperábamos. Afortunadamente, como en milagro bíblico, los panes y los vinos se multiplicaron por siete y nos alcanzaron para todo el rato y para seguirla luego en mi casa. No cabíamos dentro del recinto, ni en el patio y casi ni en la calle. Es que tanto amor, abarcaba todo el espacio. Sólo queda como dice José José agradecer pidiendo un aplauso para el amor que a nosotros ha llegado, mil gracias por tanto y tanto amor. Gracias por la confianza, por la generosidad, por los regalitos que nos llevaron, por compartir este sueño.
Gracias totales.

Y miles de gracias: Ardilla y Kat por ser cómplices, socias, carnalazas de la vida misma.

Aquí les dejo unas fotos del evento y del consultorio, pa que vean que quedó rechulo y se animen a visitarnos. (Bara, bara) Desafortunadamente, no salieron en la foto todos lo que nos acompañaron (ya ven lo que pasa por escaparse a misa).

Inauguración Quantum

1 comentario:

Anónima dijo...

¡Soy una muy mala persona! no es la primera vez quee me lo digo, ni que lo he escuchado. No salí en la foto. ¿eso lo explica? pero eso no quiere decir que con todo mi cuàntico corazón las apoye y les deseeeee lo mejor. Empezando por tener la mejor paciente del mundo: yo. MMm creo no ok. Bueno pretendo visitarlo si es posible ¿hay descuento ? necesitan una conejilla de indias jhajajajajjajaja


bsos te quiero!! y prometo no seguir fallando en este tipo de célebres ocasiones. I´ll be back