lunes, 30 de enero de 2006

Odio el talento ajeno

Sí, lo siento, sí, lo odio. Ya sé que no es tan común la gente talentosa. Ya sé que es más difícil de encontrar de lo que se cree pero cuando encuentro a alguien que escribe realmente bien y tiene buenas ideas, me encabrono. Quiero tenerlo para mí, quiero decomisarlo.

Odio las letras brillantes de quien sea.

He limpiado mi teclado y le falla el espacio. No quiere dar espacio entre letras. Mi lenguaje está enojado con la separación. Mi barra espaciadora sabe como se me atropellan las letras que ni siquiera son tan buenas, como para merecer espacios concretos. Mi teclado me expropia las diferencias entre palabras, para confundirme, para comprobarme que ni siquiera sé distinguir una idea de otra.

Odio la dureza de mi teclado.

Inchi se ha abierto la herida en el vientre y con ello me ha dejado una llaga de culpabilidad purulenta. Mi desidia puede ser un hacha mortal cuando se trata de otros seres. La negligencia sólo había pospuesto eventos. Hoy podría adelantar una tragedia. ¿Alguien podría venderme algo de perseverancia a bajo costo y altos rendimientos?

Odio la velocidad de rotación de la Tierra.

A mi lado, tu pobre angelito 2, le reza al Árbol de Navidad del Rockefeller Center para que su madre lo halle y se convierte en el epítome de toda la cultura gringa en dos segundos. La madre americana es una imbécil que lleva dos películas olvidando al hijo que es sumamente inteligente hasta para combatir delincuentes, y la intervención divina sólo puede ser convocada en el centro de la riqueza frente a un ícono de marketing mundial.

También odio los churros gringos.

P.d. Lo siento por Chinos porque Denver no pasó. Albricias para Hugo y mi tío Moi que son muy fans de los Steelers de Pitsburgh. Y felicidades a todas las Jacintas por su onomástico.

P.d. 2. Odio el santoral

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo también odio el talento ajeno....me encabrono también cuando leo algo que me hubiera gustado escribir yo. Y ahora mismo, después de leer algunas entradas de tu blog, estoy odiando.
Saludos